Hemos hallado un cultivo de hortalizas en un lugar no inmediato a nuestros sentidos.
Me he sentado en una banca en donde contemplo la emergencia de una espinaca.
Agua de río y lago que riega y enfría los verbos que corrijo frente a la falda de la montaña que me da sombra. Sombra y pasto. Flores y árboles a los cuales le podamos la ansiedad por querer y poder percibir la humilde y más difícil sensación que nunca jamás habéis probado del plato de nuestros deseos. Sí, el lontananza de vuestros recuerdos deben caer y reposar en el crepúsculo del perdón, la disculpa horizontal al hincapié en el cual vacilé durante unas temporadas en la espelunca de mi ensueño en vigilia (...)
Comentarios
Publicar un comentario